CuAnDo El MaR No TeNga SEd y El AmOr sEpA pERdeR VenDeRe Mi CoRaZoN, ParA DaRtE AlGo MeJor...

lunes, 7 de junio de 2010

El caballero

Era de tarde justo cuando el sol alumbraba a un campo seco por la escaza lluvia, se tornaba de color naranja casi llegando a un rojo como el atardecer.
-¡Corran campesinos!, escóndanse donde puedan- gritaba un hombre con franca cara de miedo, mientras cabalgaba en su caballo.
-¿Qué pasa?- pregunte a una mujer que recogía con rapidez, la ropa que lavaba en el riachuelo.
-¡Los rebeldes! Escóndase y proteja a su niña, esos hombres no tienen piedad- me dijo y acompañada de una mirada angustiada, se alejo… corrí tras de ella y detrás de todas las mujeres que se dirigían hacia un mismo camino: un refugio. Sin embargo, mi mezcla de temor e incertidumbre aumento al llegar junto con las demás a un montón de ruinas, las cuales se veía, que habían sido chozas modestas recién destruidas, decenas de mujeres y niñas se ocultaban como podían tras las pequeñas paredes que existían aun… agachadas, encogidas, tapando sus bocas para callar su llanto, seguí sus pasos sin preguntar… una inmensa presión dentro de mi cuerpo, desesperación por no saber nada de nada, parecía no querer terminar.
A lo lejos, alcance a ver a tres hombres vestidos de negro que venían con grandes bultos llenos de algo que tentativamente supongo era comida o algún bien, que representaba un tributo o algo así, para dejar en paz a la gente, se identificaban como parte del pueblo por una bandera amarilla… del otro extremo del camino se hallaba un hombre con facha de caballero, una bandera roja lo diferenciaba, y aunque no lo tenia de cerca, su sola presencia provocaba en mi un gran terror que recorría en forma de escalofríos mi cuerpo y que transmitía a mi niña, me di cuenta de esto cuando ella comenzó a temblar…Trate de tranquilizarme, pero el ruido que provoco el encuentro entre el par de contendientes, no lo permitió… se escuchaban los alaridos de una lucha que haciá interminable, me parecía increíble que un solo hombre le diera batalla a tres... una macabra carcajada anunciaba el fin de esta desagradable reunión. Solo uno de los hombres con enseña amarilla regresó y mirándome a los ojos me dijo –Hay otro rebelde cerca, es mejor que se valla, antes de que cierren los caminos-. –Preparen las armas- clamó – Esto aun no ha terminado…-
Cuando el llanto ahogaba mi garganta, y con fuerza abrazaba a mi niña, eran las 7:00… desperté, con muchas ganas de no volver a dormir…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

:O



q juuuertee !!!



jojojojo

esperO q nO vuelva a suceder ... !!


tqm manitaa !!



=)

Anónimo dijo...

ammm estO me recuerda
a aLgO ..
q Leiistee
q publiq .... en el facebOOk !! :)



Sólo al soñar tenemos libertad, siempre fue así y siempre será así: La Sociedad de los poetas muertos.

Leticia dijo...

Hola cuanto tiempo... los examenes me tenia alejada de este mundillo fantastico jeje... pero ya he vuelto...

esta bastante bien lo que has escrito, a mi me gusta mucho, es muy medieval... diferente a tus otros textos...

un saludo desde la distancia!!