CuAnDo El MaR No TeNga SEd y El AmOr sEpA pERdeR VenDeRe Mi CoRaZoN, ParA DaRtE AlGo MeJor...

lunes, 4 de febrero de 2013

Se llama Dinero.


Creo que no conozco a ninguna persona que no haya sufrido alguna vez por dinero… Ese es un tema que a menudo no me gusta tocar porque se hace un tanto desagradable pensar que es tan necesario.
Toda mi vida desde que tengo memoria, el dinero siempre a estado presente, recuerdo cuando uno de mis primos se accidento y mi tía tuvo que dar las escrituras de su casa como garantía de que se cubriría el pago de la operación.
Con el paso de los años deje de darme ciertos gustos que me parecían innecesarios pero que todos mis compañeros de la escuela consideraban importantes. Como por ejemplo cuando pidieron la playera conmemorativa de graduación de la primaria, yo no la pedí porque estaba cara, mi mama me convenció de que la pidiera... y como siempre sucede en estos casos la acabe pidiéndola y como resultado obtuve una playera en talla L cuando yo era S.
Después cuando entre a la secundaria, una escuela donde las apariencias siempre jugaban un papel importante, me quedaba un tanto lejos de la socia lité que ahí se había formado, yo quería aprender música pero para aprender bien, tenías que estar dentro de la banda de música donde un par de uniformes  ya truncaban dicho sueño, si bien fue una de las mejores épocas de mi vida, donde aprendí lo suficiente para ser una de las mejores, recuerdo también que cada desfile formaba parte de la multitud que va en contingente, de esos que nadie ve porque para estar dentro de las chicas guapas de las banderas o panderos se necesitaba un súper cuerpo y dinero para pagar el chici vestido y sus respectivos adornos…. Yo  no contaba con ninguno de los dos.
Al terminar la secundaria ya tenía mucha más conciencia de los gastos, pues pañales, leche, doctores… hicieron que incluso del convivio del amor y la amistad no fuera participante, porque no tenía para comprar un regalo, así que por consiguiente me fui a un bachillerato no tan exigente en sus colegiaturas y que me permitiera estudiar, y así fue y al segundo día de curso propedéutico  está ahí haciendo trámite para una beca la cual me fue otorgada y pues bien cuando estaba por pasar a mi segundo año obtuve mi primer trabajo…
Mal pagado como todos los trabajos que contratan a personas con estudios mínimos, estuve ahí un tiempo muy corto pero desde entonces supe que cada verano debía conseguir un empleo, al siguiente año entre a un trabajo que si bien no era tan malo como el primero, no era muy confortable ni mucho menos… un trabajo que se convertiría en una necesidad durante los próximos 5 años, si… toda mi carrera encerrada en un lugar donde lo único que aprendí fue que el cliente siempre tiene la razón.

Continuará...