Creo que no conozco a ninguna persona que no haya sufrido
alguna vez por dinero… Ese es un tema que a menudo no me gusta tocar porque se
hace un tanto desagradable pensar que es tan necesario.
Toda mi vida desde que tengo memoria, el dinero siempre a
estado presente, recuerdo cuando uno de mis primos se accidento y mi tía tuvo
que dar las escrituras de su casa como garantía de que se cubriría el pago de
la operación.
Con el paso de los años deje de darme ciertos gustos que me parecían
innecesarios pero que todos mis compañeros de la escuela consideraban
importantes. Como por ejemplo cuando pidieron la playera conmemorativa de graduación
de la primaria, yo no la pedí porque estaba cara, mi mama me convenció de que
la pidiera... y como siempre sucede en estos casos la acabe pidiéndola y como
resultado obtuve una playera en talla L cuando yo era S.
Después cuando entre a la secundaria, una escuela donde las
apariencias siempre jugaban un papel importante, me quedaba un tanto lejos de
la socia lité que ahí se había formado, yo quería aprender música pero para
aprender bien, tenías que estar dentro de la banda de música donde un par de
uniformes ya truncaban dicho sueño, si
bien fue una de las mejores épocas de mi vida, donde aprendí lo suficiente para
ser una de las mejores, recuerdo también que cada desfile formaba parte de la
multitud que va en contingente, de esos que nadie ve porque para estar dentro
de las chicas guapas de las banderas o panderos se necesitaba un súper cuerpo y
dinero para pagar el chici vestido y sus respectivos adornos…. Yo no contaba con ninguno de los dos.
Al terminar la secundaria ya tenía mucha más conciencia de
los gastos, pues pañales, leche, doctores… hicieron que incluso del convivio
del amor y la amistad no fuera participante, porque no tenía para comprar un
regalo, así que por consiguiente me fui a un bachillerato no tan exigente en
sus colegiaturas y que me permitiera estudiar, y así fue y al segundo día de
curso propedéutico está ahí haciendo trámite
para una beca la cual me fue otorgada y pues bien cuando estaba por pasar a mi
segundo año obtuve mi primer trabajo…
Mal pagado como todos los trabajos que contratan a personas
con estudios mínimos, estuve ahí un tiempo muy corto pero desde entonces supe
que cada verano debía conseguir un empleo, al siguiente año entre a un trabajo
que si bien no era tan malo como el primero, no era muy confortable ni mucho
menos… un trabajo que se convertiría en una necesidad durante los próximos 5
años, si… toda mi carrera encerrada en un lugar donde lo único que aprendí fue
que el cliente siempre tiene la razón.
Continuará...